Muslos de pollo asados con patatas

La noche anterior ponemos en una fuente honda los muslos de pollo bien lavados y secados junto con el vaso de vino, el laurel, los ajos rajados por la mitad, y la pastilla de caldo desmenuzada por encima. Tapamos con papel film y dejamos en el frigorífico para que vayan cogiendo el adobo.

Al día siguiente, cuando queramos asarlos, cogemos una bandeja de horno y untamos la superficie con la mantequilla. Colocamos los muslos con la piel hacia abajo, ponemos los ajos por encima. Pelamos, lavamos y cortamos las patatas en rodajas y las ponemos alrededor de los muslos. Echamos el vino con la pastilla del adobo. Salpimentamos los muslos y un pelín las patatas. Con cuidado de no pasarnos pues la pastilla ya lleva bastante sal.

Metemos en el horno la bandeja a 180 grados durante 45 minutos. Deben hacerse a temperatura no muy alta para que se horneen por dentro sin quemarse por fuera. Trascurrido este tiempo, sacamos la bandeja y damos la vuelta a los muslos para que se dore la piel de arriba. Dejamos durante unos 20 minutos más o hasta que estén a nuestro gusto. Ya tendremos nuestro pollo listo para servir.